¡Nosotros los humanos nos caracterizamos por querer lograr cosas, metas y sueños! Incluso yo, puedes preguntarle a mis amigos y puede que te digan que soy una persona muy competitiva, no importa de qué juego se trate. Quiero decir, ¿qué tiene de malo querer lograr algo por uno mismo? Se siente bien, porque te hace saber que hiciste algo bien.
Cuando se trata de este proceso que has iniciado con Jesús, tal vez pienses que puedes hacerlo tú mismo. Puede que pienses que puedes cambiar por tu cuenta, encontrar tu propósito por tu cuenta y encargarte de tu futuro, todo por ti mismo.
Pero mi amigo, los planes de Dios para tu vida son siempre mayores de lo que puedes imaginar, y no son algo que puedes lograr sencillamente ni en tus propias fuerzas. Déjalo a Él realizar el proceso dentro tuyo, déjalo que transforme tu vida. Todo lo que tienes que hacer es confiar en Jesús y seguirlo, permitiéndole a Él que se encargue de todos los detalles de tu vida.
Lo mejor acerca de permitirle a Dios que obre en tu interior es que Él no hace las cosas a medias, no abandona las cosas por la mitad ni se da por vencido cuando las cosas no están yendo perfectamente. El Dios del cual estamos hablando es paciente, amable y amoroso. Así que ten ánimo en el hecho de que Dios no se rinde, y lo que Él comenzó en ti, ¡también lo terminará!
“Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.” Filipenses 1:6 (NTV)
Escrito por: Chris Mendez